La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió este lunes a las crecientes campañas que hay en contra de este país en EE.UU. y en Canadá y que incluso apuntan a deshacer el tratado de libre comercio que comparten las tres naciones norteamericanas.
“No vamos a caer en una provocación de qué país es mejor, lo que sí es que a México se le respeta, y más por nuestros socios comerciales”, señaló la mandataria en una conferencia de prensa en la que volvió a ser cuestionada sobre las estrategias “antimexicanas” que políticos de los dos países vecinos han intensificado en las últimas semanas.
“Somos un grandioso país con enormes riquezas, con nuestras problemáticas que estamos atendiendo y que estamos desarrollando, y un presente y un futuro muy promisorio”, aseguró.
La presidenta señaló que, por ejemplo, EE.UU. y Canadá enfrentan graves crisis por el consumo del fentanilo que México, por el contrario, no padece.
“Entonces sí somos distintos (…), son problemas distintos, pero no por ello somos menos, nunca”, expresó al referirse al primer ministro de Ontario, Doug Ford, quien afirmó que era “insultante” comparar a Canadá con México.
Luego, la embajadora de Canadá en Washington, Kirsten Hillman, aseguró, con un dejo de desprecio, que el primer ministro Justin Trudeau le había hecho ver a Trump que los problemas de las fronteras de EE.UU. y con México con respecto a drogas y migración no podían tener “punto de comparación”.
“Ya quisieran”
Sheinbaum consideró que declaraciones de este tipo se deben a que el próximo año hay elecciones en Canadá.
“Lo que vamos a defender siempre es que no se utilice a México como parte de sus campañas electorales. Cada quien que vea por cada cual. Nos relacionamos, nos coordinamos, nos complementamos en temas de comercio y otras virtudes que tiene la relación bilateral y trilateral”, expresó.
“¿Qué sentido tiene atacar a uno u otro país? Lo primero que tiene que haber es un reconocimiento del problema que existe”, dijo al reiterar que México puede cooperar para combatir la epidemia de fentanilo por una cuestión humanitaria, aunque la responsabilidad principal es de los gobiernos de EE.UU. y Canadá, en particular en sus políticas de salud.