El mago estadounidense David Copperfield ha sido acusado de conducta sexual inapropiada por 16 mujeres que habrían entrado en contacto con el exitoso ilusionista entre 1980 y 2014, siendo más de la mitad de ellas adolescentes en el momento de los abusos. Las denuncias salieron a la luz esta semana como parte de una investigación de la oficina en EE.UU. del diario británico The Guardian, basada en un centenar de entrevistas y en registros judiciales y policiales.
Las presuntas víctimas dijeron haber conocido a Copperfield, hoy de 67 años, debido a su popularidad y fama. Varias de ellas aseguraron que el artista había prometido ayudarlas en sus carreras en el modelaje o la industria del entretenimiento y que intentó mantener contacto con ellas y sus padres.
Al menos tres de esas mujeres afirmaron que fueron drogadas y luego agredidas sexualmente. Otras cuatro alegan haber sido tocadas u obligadas a tocar al ilusionista de forma sexual en el escenario, durante sus presentaciones en vivo. Algunas dijeron que tenían para entonces tan solo 15 años, aunque es posible que Copperfield no supiera sus edades. Si bien los supuestos abusos ocurrieron décadas atrás, muchas de las involucradas aseveraron que solo después del surgimiento del movimiento ‘MeToo’, en 2017, se sintieron capaces de hablar del asunto.
Copperfield niega las acusaciones. Sus abogados sostuvieron que “nunca ha actuado de manera inapropiada con nadie, y mucho menos con ningún menor de edad”. Además, describieron a su cliente como un hombre “amable”, “tímido” y respetuoso en el trato a hombres y mujeres. Por otro lado, los letrados aseveraron que en el pasado se han hecho “numerosas acusaciones falsas” en contra del célebre ilusionista y destacaron que ha sido defensor de la causa que anima a las mujeres a contar sus historias de agresión.
Copperfield ha sido motivo de escrutinio no solo por estas acusaciones, sino por sus vínculos con el fallecido multimillonario Jeffrey Epstein, acusado de explotación y abuso de menores de edad. Su nombre apareció en los documentos desclasificados en enero, vinculados al caso de tráfico sexual de Epstein. La defensa de Copperfield afirma que él “no tenía conocimiento ni sospechas de que estuviera sucediendo algo inapropiado” y que Epstein no era alguien con quien Copperfield socializara regularmente. Finalmente, los abogados sostuvieron que su cliente se tomaba muy en serio los “ataques injustificados” a su reputación y que nunca ha sido acusado de ningún delito.