El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, respondió este lunes a los intelectuales que lo repudiaron por publicar información personal de la académica María Amparo Casar y a la que acusó de cobrar una millonaria pensión supuestamente ilegal.
“Se entendió mal o no quedaron claros todos los elementos porque hasta hubo un manifiesto de personajes que siempre están en contra de nosotros. Son los abajo firmantes en todo lo que significa cuestionarnos, es un grupo que se constituyó en el periodo neoliberal, fueron parte de la corrupción”, explicó el mandatario durante su conferencia de prensa.
Casar es una reconocida intelectual de la derecha mexicana y actual presidenta de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, una organización periodística opositora al presidente, quien suele criticarla al considerar que solo responde a intereses “espurios” de los conservadores.
López Obrador sorprendió el viernes pasado al asegurar durante su habitual encuentro matutino con la prensa que Casar recibió durante dos décadas una pensión ilegal por parte de la estatal Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Este derecho se basó en la muerte de su esposo, Carlos Fernando Márquez Padilla, quien falleció el 7 de octubre al caer del piso 14 de la torre de Pemex, en donde trabajaba como coordinador de asesores.
La causa se cerró como suicidio, por lo cual, según el Gobierno, Casar no tenía derecho a una pensión, pero se le otorgó como si hubiera sido un accidente laboral y la cobró mensualmente hasta febrero pasado.
De manera inédita, por la tarde la Presidencia publicó en un sitio de internet toda la documentación del caso Márquez Padilla, incluidos direcciones de la víctima, de Casar y de sus hijos, el acta de defunción, documentos bancarios e identificaciones oficiales.
El escándalo fue inmediato, ya que una vez más es el propio presidente el que revela datos personales de ciudadanos.
Uno de los casos más recientes fue el de Natalie Kitroeff, periodista del The New York Times, ya que López Obrador dio a conocer pública y reiteradamente su número de teléfono.
Reacciones
Cientos de intelectuales mexicanos opositores o críticos de López Obrador difundieron varios comunicados y cartas públicas para defender a Casar y repudiar al presidente.
“Se ha usado una tragedia familiar ocurrida hace 20 años para castigar la crítica y atacar la libertad de expresión. Nuestra solidaridad con María Amparo Casar frente al abuso de poder que baja contra ella, en el fondo contra todos, desde Palacio”, denunciaron en uno de los escritos al recordar que no es la primera vez que el mandatario usa la ‘mañanera’ para difamar a sus adversarios.
“En su afán para tomar venganza personal contra una ciudadana que ha analizado con seriedad y ánimo crítico numerosos abusos del actual gobierno, el presidente quebranta varias leyes, enrarece aún más el debate público a menos de un mes de las elecciones y lastima a una familia”, lamentaron.
Casar, por su parte, advirtió que la acusación de López Obrador en realidad se trata de “una clara venganza” por las investigaciones de la organización que preside y en las que se han denunciado varios casos de corrupción del Gobierno.
“El presidente miente y me demuestra la vileza, la ruindad y el uso del aparato del Estado para con una ciudadana”, dijo.
Durante el fin de semana continuaron los cuestionamientos al presidente. El Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), por ejemplo, anunció el inicio de una investigación de oficio por la indebida difusión de datos personales.
Al ataque
López Obrador aseguró este lunes que sólo lo critican los “intelectuales orgánicos” del conservadurismo.
“En vez de meterse al fondo, de si hubo o no corrupción, recurren al INAI para decir: ‘se violó la privacidad’, como si fuera válida la corrupcion siempre y cuando se mantenga en secreto”, dijo.
También aclaró que el escándalo ayuda a la sociedad a saber los límites que tienen aquellos que durante mucho tiempo mintieron al autocalificarse como “independientes”, “miembros de la sociedad civil” y “académicos sin partido”.
“El conservadurismo considera normal la corrupción cuando se trata de ellos porque su doctrina es la hipocresía, hay una especie de enajenación al sostener que si ellos son los corruptos, tienen licencia, lo pueden hacer. O lo hacen conscientemente y son ‘cinicazos'”, acusó.