Por: Dr. José Sánchez Villanueva.
“Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que sea la libertad nuestra propia sustancia”
Con precisión académica y puntualidad argumentativa Simone de Beauvoir desde la izquierda francesa desde los sesenta del siglo pasado a propósito de las mujeres así lo decía-
Desde 1975, la Organización de las Naciones Unidas instituyó al 8 de marzo como una fecha para procurar concientizar al mundo sobre la necesidad de empoderar a las mujeres en todas las actividades, garantizar sus derechos, así como visibilizar la lacerante desigualdad que hasta hoy siguen padeciendo.
Los avances son asimétricos pues se reconoció el derecho al voto a la mujer desde 1893, en nueva Zelanda y por el contrario en, Arabia Saudita se reconoció este derecho hasta 2015.
A lo largo de la historia de la humanidad, la enseñanza estuvo vedada para las mujeres, pues esta fue reservada únicamente a los varones provenientes de las élites dominantes: la monarquía, la aristocracia y el clero.
Es innegable sostener que el impacto del acceso a la educación de todas las personas en el siglo XX, resultó estratégico en la aún inalcanzable lucha por la conquista de los derechos políticos de las mujeres.
En México la Constitución de 1917 fue la primera en el mundo en establecer los derechos sociales; y la educación pública, general, gratuita y laica que permitió a las mujeres pudieran acceder de manera más libre a las universidades, para conocer sus derechos y exigirlos.
Como consecuencia , se produjeron avances en torno a la participación y representación política de las mujeres en la vida pública.
Es hasta 1947 cuando se da una reforma constitucional al artículo 115 de nuestra Carta Magna para reconocer el sufragio limitado de las mujeres que sólo participaron en elecciones municipales.
Después en 1953, se reformó el artículo 34 constitucional para establecer y reconocer la ciudadanía plena de las mujeres;
En 1955 votaron por primera vez en elecciones para el Congreso de la Unión; Y en 1958 que pudieron sufragar en elecciones presidenciales.
Nuestro país está próximo de celebrar las elecciones más grandes de su historia, en donde casi 21 mil servidores públicos serán electos, y presenta un escenario difícil, porque no sólo se debe garantizar el pleno ejercicio de los derechos políticos de las mujeres, sino también garantizarles entornos seguros.
Este año, la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres en nuestro país, tiene un ingrediente muy importante que hay que destacar
Antes que en Estados Unidos, España o Francia y a casi 70 años de que se permitió la participación política de la mujer, estamos ante la muy grande probabilidad de que exista por primera vez en la historia una mujer en la Presidencia de la República..
Y ello, sin duda, habrá de ser un factor muy importante para seguir generando cambios estructurales en el país.
Hoy, más que nunca, advertimos que en México, 2024 será indubitablemente el año de las mujeres.
Y si como le decía al principio
Que a las mujeres nada las defina, nada las sujete. Que sea la libertad su propia sustancia.