Nayib Bukele logra un poder absoluto en el país centroamericano, tras lograr 1.98 millones de votos en la elección presidencial y 58 de los 60 escaños que compone el Congreso salvadoreño.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador y quien se autoproclamó reelecto en los comicios del domingo, consolidó un poder absoluto, sin oposición ni contrapesos, asentado en su abrumadora popularidad confirmada en las urnas con un aplastante 85% de votos.
Aunque aún no declara ganador ni oficializa el resultado, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) precisó en su portal que Bukele tiene 1.98 millones de votos -incluidas los del exterior- de un total de 2.3 millones de sufragios válidos, lo que da un 85.2%, una vez escrutado el 70% de las actas que contienen los votos.
Sin esperar el resultado oficial, Bukele anunció un triunfo arrollador con un récord, no solo por ese porcentaje obtenido para su reelección, sino con 58 de los 60 escaños del Congreso, una súper mayoría calificada, gracias a su popular política de “puño de hierro” contra las pandillas.
Estados Unidos, China, México, Ecuador y otros países latinoamericanos felicitaron a Bukele. No obstante, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, le recordó que su país seguirá dando prioridad a “los derechos humanos”.
En la guerra antipandillas, El Salvador vive desde hace dos años bajo un estado de excepción, que deja ya 75,000 detenidos sin orden judicial. Organismos de derechos humanos denuncian detenciones arbitrarias, torturas y muertes en prisión. Mas de 7,000 debieron ser liberados al ser considerados inocentes.
“La mayoría calificada que tendrá el presidente en el Congreso podría normalizar las medidas drásticas que se han adoptado durante un largo estado de excepción”, afirmó a la AFP Gustavo Flores-Macías, académico de la Universidad Cornell, con sede en Nueva York.