El primer verano en el que se derrita prácticamente todo el hielo marino flotante en el Ártico podría darse en la década de 2030, aproximadamente unos 10 años antes de lo previsto por los científicos, según advierte un nuevo estudio publicado este martes.
El grupo investigador recalcó que este escenario podría hacerse realidad incluso si se consiguen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero más intensivamente de lo que la comunidad internacional está logrando en la actualidad.
De este modo, la investigación ha demostrado que se desperdició el momento en que todavía era posible conservar el hielo marino de la región durante los meses de verano.
“La gente no escuchó nuestras advertencias. Desgraciadamente, ya es demasiado tarde para salvar el hielo marino estival del Ártico”, afirmó uno de los autores del estudio, el oceanógrafo Dirk Notz, de la Universidad de Hamburgo (Alemania), citado por The Guardian. “Es el primer componente importante del sistema terrestre que vamos a perder por causa del calentamiento global”, agregó.
En ese contexto, los científicos recalcaron que las naciones deben prepararse para un aumento de las condiciones climáticas extremas en todo el hemisferio norte, lo que probablemente se produzca como consecuencia de este hito meteorológico.
Estimaciones anteriores
En 2021, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) concluyó que el Ártico mantendría su hielo estival si las emisiones se reducían marcadamente, y pronosticó que, en caso de emisiones intermedias o altas, el hielo de verano se perdería en la década de 2040.
Sin embargo, la nueva investigación, que adelanta el último pronóstico hasta la década de 2030, prevé la pérdida del hielo marino estival incluso en un escenario de bajas emisiones para la década de 2050.
Culpa de la humanidad
Asimismo, la investigación muestra que 90 % del deshielo actual es consecuencia del calentamiento global provocado por el hombre, mientras que el resto se debe a factores naturales, como la variación de la intensidad del sol y las emisiones de los volcanes.
“Los seres humanos son realmente los culpables de casi toda la pérdida de hielo marino ártico que hemos venido observando”, afirmó Notz.